¡Feliz día de la Educadora de Trato Directo!

En 2014 el Servicio Nacional de Menores instituyó el día 01 de octubre como el Día de la Educadora de Trato Directo, a fin de reconocer y conmemorar la abnegada labor que desempeñan cotidianamente en el proceso de protección e inserción de los niños, niñas y jóvenes.

 

A raíz de este día tan especial, me es imposible no dedicarles algunas palabras a las queridas “tías” de la Villa Jorge Yarur Banna. Nos sentimos orgullosos de su labor y de la importante contribución que realizan en cada una de las niñas que están bajo nuestro cuidado.

Este trabajo es realmente especial. Asumir el cuidado de niños, reconociendo la importancia de que ellos tengan un adulto significativo que los cuida, quiere, protege y contiene, es gratificante y, a la vez, implica muchos sacrificios.

Durante todos estos años, hemos tenido el privilegio de avanzar en nuestra misión de la mano de cada una de las ETD, ya que sin ellas sería imposible alcanzar nuestras metas. Simplemente, a todas ellas, muchas gracias.

Cuando las niñas han debido ser separadas de sus familias, dejando atrás aquellas personas que más las conocen y a quienes más quieren, haciendo ingreso a un hogar de protección, se genera la mayor dificultad que debemos abordar como institución. No se trata sólo de otorgarles un proceso de reparación de la vulneración que dio inicio a la medida, ni tampoco solamente de fortalecer las competencias y habilidades de sus familias de origen. El elemento crucial para provocar un cambio en el proceso vital de las niñas es poder tener una vinculación con un adulto significativo que las acompañe en su proceso, entregándoles apoyo, contención y cariño incondicional.

Este rol es cumplido en nuestra residencia por las educadoras de trato directo. Son ellas las primeras llamadas a acompañar íntimamente a las niñas durante su permanencia en la Villa. Son ellas quienes más las conocen, quienes saben sus gustos, quienes pueden comprender sus momentos más felices y aquellos de mayor tristeza. Las educadoras tienen el rol tan íntimo de levantarlas en las mañanas, motivarlas para experimentar un nuevo día, ofrecerles sus oídos para escuchar sus necesidades, sus brazos para contenerlas en todo momento y sus experiencias para orientarlas hacia un mejor futuro.

Las Educadoras, finalmente, son quienes les enseñan nuevamente, o tal vez por primera vez, a vivir como niñas, y no preocuparse por aquellas cosas que le corresponde a los adultos. Gracias a ellas nuestras niñas pueden volver a jugar, a divertirse y a soñar con un futuro más prometedor que el pasado que las acompaña.

Como institución creemos que es la labor más importante en nuestro quehacer, y por lo tanto, reconocemos y felicitamos a todas nuestras “tías” por su cariño, respeto, compañía, dedicación y por el amor incondicional que entregan día a día a nuestras niñas.

Mauricio Carreño

Subdirector Villa Jorge Yarur Banna