Entrevista a Ignacio Yarur

La Corporación Crédito al Menor es una institución que es parte de la identidad de Bci, porque son sus colaboradores los que han permitido que esta gran obra tenga vida. “Siento que es un compromiso que el Banco no puede abandonar, porque esas niñitas dependen de nosotros”, dice Ignacio Yarur.

1. Tuvimos el privilegio de contar con usted en la celebración de nuestro aniversario ¿qué impresiones le quedaron luego de esta visita?

Lo primero es una sensación de satisfacción y admiración por el gran trabajo que se hace ahí. Admiración también porque uno ve el efecto concreto que tiene el esfuerzo de las tías y de la gente que trabaja en la Corporación.

Ese día pudimos estar con niñitas que habían salido de la Villa, algunas estaban con sus hijos, trabajaban y tenían una buena vida, una buena familia. Con esto, uno puede darse cuenta de la profundidad de la obra que hay detrás de la Corporación Crédito al Menor.

2. ¿Tiene recuerdos de su primera visita a la Corporación Crédito al Menor? ¿Cómo fue esa experiencia? 

La primera vez que fui fue cuando se puso la primera piedra, era más bien un terreno vacío. Fui con mi papá y mi mamá.

Durante el tiempo, fui con ellos muchas veces, incluso antes de entrar a trabajar al Banco… fuimos viendo como las niñas que estaban ahí crecían y fuimos testigos de la gran obra que se realizaba en esa zona tan desfavorecida de la ciudad.

3. ¿Qué significa para usted este proyecto social?

Yo creo que para mí y para mi familia tiene un componente emocional muy importante, porque primeramente como familia inmigrante que llegó a Chile sin nada, es muy gratificante dar una mano a gente que no tiene nada. Para mí es muy importante ver todo lo que se ha hecho ahí, siento que es un compromiso que el Banco no puede abandonar, porque esas niñitas dependen de nosotros. No porque nos pueda faltar el tiempo o tengamos otras obligaciones nos podemos olvidar de ellas.

4. ¿Cuál cree usted que es el aporte de la Corporación Crédito al Menor a los colaboradores de Bci?

Yo creo que tiene un rol importante y que debiésemos potenciar aún más. Nos permite ponernos en el lugar del otro y generar esa cultura de la empatía. Es parte de la identidad del Banco.

Ver la Villa, los edificios que se han construido, ver las instalaciones, genera identificación, porque es el Bci y su gente la que ha permitido que personas en muy mala situación logre salir adelante a través de este medio. Nos hace bien a todos, como colaboradores y como Corporación Bci.

5. Si tuviera que entregar un mensaje a los socios y voluntarios de Bci que aportan a la Corporación Crédito al Menor ¿Cuál sería?

Primero, a todos ellos, gracias, ya que debido al aporte que ellos realizan, son cientos de niñas las que han sido beneficiadas.

Segundo, no nos olvidemos de ellas, ellas dependen de nosotros, esa Villa existe gracias a nosotros.

Tercero y último, que esa satisfacción que sentimos cada vez que vamos para allá, hay que transmitírsela al resto de los colaboradores que no son socios, para que se unan a esta iniciativa, de manera que, así como Bci crece, la Villa también vaya creciendo.